LAS DIFERENCIAS...AL ATAQUE. III

Aquí tenemos a Pedro, quien tiene un sistema de alarma incrustado, el cual le avisa en contra de todo lo que amenaza su control. También se encuentra María, el misil dirigido, quien pretende acercarse un poco más, aunque esto sea lo último que hace en su vida.


Vamos a examinar que está sucediendo dentro del hombre y dentro de la mujer durante la conversación clásica hombre-mujer.


Qué es lo que en realidad está pensando y sintiendo Pedro, mientras su compañera le pide que hable? Cuando María pide a su esposo que le hable y comparta con ella sus sentimientos, su alarma se activa y automáticamente se pone a la defensiva. Él no sabe porque lo hace, son reflejos inconscientes.


En lo más profundo, Pedro cree que abrirse y compartir sus secretos lo convertirá en una persona débil y vulnerable, él piensa que al hacer esto corre el riesgo de ser herido y dominado. Y sobre todo, piensa que corre el riesgo de perder el control.


Cuando una esposa le pregunta a su esposo como le fue durante el día, lo más seguro es que le dé una de estas respuestas que tiene almacenadas. Él dirá: “Bien”, “ Todo en orden” ó “no me fue nada mal” . ¿Qué significa eso?, valla que sí comparte con ella.


Cada una de estas son respuestas de protección, las cuales le dicen nada a la mujer, y lo mantiene en completo control. Sin embargo, la esposa puede percibir cuando algo le sucede al hombre, por lo que insistirá en preguntar ¿Hay algo que te está molestando? ó ¿Qué te sucede?.


Pedro, el esposo, en su afán de mantener el control hace una de estas tres cosas ante el intento de María para que le hable.


1. Puede mantenerse en silencio.
2 . Puede enojarse y contestarle abruptamente.
3. Alejarse físicamente de la situación o sea, dejarla sola.


Que es lo que está pensando y sintiendo María mientras intenta tener una conversación sin éxito alguno? Cuando una mujer ha tenido un mal día, no puede esperar a contárselo a su esposo, a su mamá, amigos, o la mujer que acaba de conocer en el mercado. Ella se sentirá mejor al haberlo compartido con alguien.


Por esta razón ella no comprende porque su esposo no lo hace también, si esto lo va a hacer sentir mucho mejor, Ella cree que puede ayudarlo si se entera que le ha sucedido. Y…… ¡está en lo cierto! Es posible que lo apoye y lo anime, pero cuando el hombre no habla, para ella es como si fuera una persona que cuida, sin tener a quien cuidar.


Ella se siente rechazada porque piensa que su esposo no confía en ella, lo suficiente como para compartirle lo que le sucede.


María piensa: El sabe que deseo intimidad y me la niega a propósito. Sus próximos pensamientos están a un solo paso de ser: Yo no le importo. Ni siquiera me ama.


Todas las Marías deben saber, que aunque es comprensible que piensen esto, están equivocadas. El no te está negando a propósito la intimidad. El si te ama, lo que no sabe es como amarte de la manera que necesitas ser amada, pero sí te ama.


Así como no es tu intención amenazar su control, tampoco lo es la suya hacerte daño con sus respuestas o con la falta de ellas.




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