A los hombres les gustan los retos. El autor de un libro lo ejemplifica así:
En los deportes, decimos de un atleta que aún lesionado rehúsa rendirse, y gana la competencia. “Ese sí que es un verdadero hombre”
En el campo de los negocios, admiramos a los hombres que han conquistado grandes obstáculos e insuperables dificultades para lograr el éxito financiero.
En nuestras propias carreras, estamos dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de alcanzar el éxito: trabajar largas horas, soportar jefes irrazonables y sufrir toda clase de indignidad y derrotas. Continuamos en la carrera porque por naturaleza somos seres competitivos, y queremos ver cuán buenos podemos llegar a ser en lo que hacemos. A la misma vez queremos proveer para nuestra familia la mejor vida posible.
Sin embargo esa determinación innata por alcanzar el éxito ante cualquier obstáculo, no se aplica al matrimonio. Parece ser que a la hora de conectarse eficazmente con una mujer a un nivel más profundo no se tienen las herramientas necesarias. No es que no quieran hacerlo. Sí lo quieren.
Dios nos ha dado a los hombres al igual que a las mujeres la misma necesidad de tener intimidad con otros miembros del sexo opuesto. Pero esto no sucede debido a que con una mujer pensamos que no hay manera de alcanzar el éxito, y a la misma vez mantener el control.
Lo que yo ignoraba y probablemente tu también los estés haciendo, es lo que dice Dice respecto al amor y el matrimonio.
Dios dice que el amor hace las cosas que son difíciles. Amor significa hacer las cosas difíciles y que no son naturales. Y amar a su esposa de la manera como ella necesita ser amada, no es fácil ni natural para el hombre. Ella necesita que el esposo se abra y sea vulnerable, y que dialogue con ella a un nivel más profundo. ¡Grandioso, dirás! Para mí no hay nada más difícil.
Dios lo expreso todo por medio del apóstol Pablo en Efesios 5: 25
Maridos amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella.
Jesucristo sacrifico todo, incluyendo su propia vida por amor a nosotros. El nunca se rindió. En su empeño por amarnos conquistó cada obstáculo. Él es nuestro ejemplo.
Hombres, el reto mayor en la vida es comunicarse con una mujer a un nivel de mayor profundidad. A su vez, no hay mayor recompensa como enfrentarnos a este reto y lograr el éxito.
Si conoces a Dios por medio de Jesucristo, tendrás su ayuda, si es que la pides. La promesa maravillosa para nosotros es:
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. SANTIAGO 1:5
APRENDE A COMPARTIR PERSONALMENTE CON TU ESPOSA
Compartir personalmente con tu esposa no es una opción. No es algo adicional que se debe hacer. Es una necesidad absoluta. Es literalmente imposible tener un buen matrimonio sin ello.
Podrán llevarse bien, pero si deseas más de tu relación necesitas abrirte. Es tu responsabilidad el suplir las necesidades de tu esposa y esta necesidad es una de las más profundas. ¡Si no compartes personalmente, tu esposa nunca se sentirá realmente amada por ti! ¿No me crees? Pregúntale ahora mismo. Pregúntale hoy. ¡Anda – pregúntale!
Amarás a una persona verdaderamente, sólo cuando expreses tu amor de la manera como esa persona necesite que lo expreses.
Puedes confiar en ella. Con ella no hay peligro. Debes tener en mente esta frase “Mi esposa desea intimidad y no control”. Una buena esposa es la persona perfecta con quien hablar. ¡Es una de las cosas maravillosas por la cual ella está allí!
Al hacerlo podrás experimentar algo que la mayoría de los hombres nunca podrán: intimidad con un miembro del sexo opuesto. Podrás crear intimidad emocional, y la misma fluirá naturalmente hacia la intimidad física.
COMO COMENZAR
Una buena herramienta y muy efectiva es la libreta de apuntes. Esta libreta es para anotar eventos, sentimientos y situaciones a lo largo del día. Tan pronto suceda algo, anótalo si crees que puede ser de interés para tu esposa. Podría ser una emoción fuerte como la ira, frustración o gozo o una interacción con tu jefe, o algún recuerdo de algo que hicieron juntos. Estas experiencias te pueden parecer triviales ¡pero no a tu esposa!
Necesitas la libreta porque si no escribes estas cosas en el momento cuando suceden, ¿adivina qué? Te olvidarás de ellas, y no tendrás nada que compartir esa noche con tu esposa.
Los hombres no pueden recordar nada de lo que sucedió hace más de treinta minutos. Su día es igual que un rollo gigante que se va enrollando tras ellos, haciendo desaparecer todo lo que sucede.
Cuando llegues a tu casa, ayuda a tu esposa a suplir las necesidades de los hijos, y luego dirígete a ella y comienza una conversación. No permitas que sea ella quien tome la delantera haciéndote preguntas, o te sentirás a la defensiva.
Por cierto, no hagas lo que cierto individuo preguntó ¿no sería más fácil entregarle a mi esposa la libreta? ¡No!, ¡Usa la libreta, pero dialoga con ella!
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