Al león adulto macho se le conoce a través del mundo como el incuestionable rey de los animales ¡Que majestuosa criatura! Su inmensa y regia cabeza está adornada por una gloriosa melena de largo y lustroso cabello. Ante su feroz gruñir los demás animales huyen atemorizados. El dominante macho dirige a sus leones con valentía y acción decidida. Su asombrosa autoridad es disputada por las hembras, y los demás machos están bajo su gobierno. El es un líder el cual debe ser respetado y admirado. ¿Pero será esto cierto?
Lo que hasta ahora hemos expresado sobre el león macho es la versión comúnmente aceptada. Lo malo es que ni tan siquiera se acerca a la verdad. La triste realidad es que el león macho no es nada más que un débil, cobarde, ocioso y engreído hijo de mamita. Pasa todo el día durmiendo. ¡No hay otro tan vago como él! Solamente se levanta para hacer alguna necesidad o para tener relaciones con una de las hembras.
Durante la actividad de mayor importancia de la manada, matar la presa para comer su carne, es el macho quien le permite a la hembra que haga el verdadero trabajo. Lo único que él hace es gruñir desde los arbustos, logrando asustar a la presa y que esta huya en dirección contraria hacia donde se encuentran las hembras. Son las damas las que deben perseguir y darle fin a la presa. Entonces, al final de la cacería, es el macho quien se acerca y devora la carne como todo un animal que es. ¡Qué debilucho!
Queridos hombres, siento decirles esto, pero en nuestros hogares, la mayoría de nosotros somos como el león macho. No somos los que dirigimos, sólo seguimos. Permitimos que sean las mujeres las que hagan todo el trabajo. Nos presentamos a la hora de la cena, y hacemos el acercamiento necesario cuando queremos tener relaciones. Y eso es todo.
Antes del matrimonio, los hombres dirigen
Como ya hablamos anteriormente la primera herramienta que nos será útil para comunicarnos con nuestra esposa es la libreta de apuntes ¿recuerdan? La segunda herramienta que necesitamos para poder abrirnos es tomar la iniciativa. Antes del matrimonio son los hombres los que toman la iniciativa la mayor parte de las veces. Invitan a la mujer a salir, preparan una cita romántica, les preguntan si hay algo que puedan hacer por ellas. ¡Y hasta hablan con ella! ¡Comienzan conversaciones de manera espontánea!
Toda esta actividad en la cual el hombre manifiesta iniciativa causa placer a la mujer. Las hace sentir que se interesan por ellas, se sienten amadas. Hace que el hombre y la mujer se sientan más cercanos el uno con el otro. Y por supuesto, esto los lleva al matrimonio.
Después del matrimonio, los hombres siguen
Después del matrimonio, muchos hombres cesan de tomar la iniciativa en sus hogares. Una vez que ya hemos conquistado a una mujer decidimos que ya podemos descansar. La mayoría de los hombres toman muy poca acción, sí es que alguna, en los quehaceres del hogar, con los hijos, y en la relación matrimonial.
Adivina quién toma el control del vacío dejado por el hombre y se convierte en el líder y en el iniciador en muchas áreas. ¡la mujer! Alguien tiene que hacerlo. Ella es quien asigna los quehaceres, tomo las decisiones con los hijos. Si hay alguna fecha romántica especial en la que pueden disfrutar juntos, es ella quien hace los planes. Pregúntale a cualquier mujer lo siguiente: “¿verdad que es divertido planificar tu propia cita romántica y luego pedirle a él que te lleve? ¡Qué lástima! La mujer también planifica las vacaciones y es quien empaca las maletas. Cuando el auto ya está listo con todo el equipaje dentro, entonces el hombre se presenta, se sube en el auto y maneja. Él debe tener el control. “Ante esto yo digo: ¡No! ¡si no empacas, tampoco puedes manejar!”
El hombre dice “Yo trabajo arduamente el día entero, y tomo decisiones, y lo único que quiero es descansar en mi hogar”. Eso no es otra cosa que una gran excusa. Yo sé que es así, porque la estuve usando con mi esposa por años.
Dios dice que los hombres deben ser líderes en sus hogares. En Efesios 5:22-23 leemos lo siguiente: Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer.
Una manera de tomar la iniciativa es usando la libreta de apuntes y comenzando las conversaciones. Pero hay otras:
· Comienza a hacer las cosas antes que la mujer te pida que las hagas. Cuando actúas por iniciativa propia, eliminas cualquier sentimiento de que estás siendo controlado.
· Prepara una lista diaria y semanal de aquellos quehaceres que son responsabilidad tuya. Asegúrate de cumplir con la parte que te corresponde. Si no cumples con tu responsabilidad a tiempo y ella se ve obligada a recordarte lo que tienes que hacer, habrás fallado.
· Cada día y varias veces al día, pregúntale a tu mujer cuál es el trabajo por hacer en el hogar. Aun cuando estés desempeñando las labores que regularmente te corresponden, siempre habrá imprevistos diarios que se presenten. Cuando ella te los diga, anota los que estés dispuesto a hacer y hazlos.
· Si tienes hijos, procura ser un padre activo. Cambia pañales, ayuda con las tareas escolares, disciplínalos, báñalos, acuéstalos a dormir y dirige el altar familiar una vez por semana por lo menos.
Cuando los hijos ya se hayan retirado a su habitación, o estén en otra parte de la casa, invita a tu esposa a sentarse contigo y a compartir un tiempo de comunicación. Haciendo uso de la libreta de apuntes, comienzas la conversación compartiendo algunas de las cosas interesantes que te sucedieron en el día.
A tu esposa le encantará esta acción de tu parte. Te amará por haberlo hecho. Se sentirá amada y apreciada. Créeme que te gustarán la buenas vibraciones que de ella se desprenden.
Cuando tomas la iniciativa, aligeras la carga de tu ocupada esposa. Las mujeres no fueron diseñadas para ser las iniciadores principales, y esto las agota. Tu mujer tendrá más energía, y parte de esa energía podrá ser usada para suplir tus necesidades.
Sobre todo, Dios estará complacido, y te honrará por haber obedecido sus instrucciones que se encuentran en la Biblia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario